01 Ago, 2021

agharas diana
Dentro del programa Inclusión digital en la nueva normalidad educativa, apoyado por la Fundación Iberdrola, uno de los agentes con los que estamos trabajando es AGHARAS. El proyecto Inclusión digital en la nueva normalidad educativa toma forma de taller itinerante y por eso durante diferentes entradas os presentaremos en esta web el camino que vayamos andando agente a agente.

El proyecto finalmente busca promover habilidades y actitudes que permitan a las familias generar contextos de aprendizaje y autonomía digital para ellas y sus hijos e hijas a la vez que generar otro tipo de relaciones al aprender y hacer en familia en relación a la tecnología.

A principios de marzo nos reunimos con un grupo de madres que pertenecen a la comunidad Amazigh de la asociación Agharas de Barakaldo. Les queríamos presentar el proyecto Inclusión Digital en la nueva normalidad educativa apoyado por la Fundación Iberdrola. Durante el encuentro nos trasladaron que su mayor problema para poder atender las demandas del sistema educativo no era tanto el manejo de diferentes plataformas, suponían un mayor problema (en este caso) los idiomas, el castellano por una parte (que algunas estaban aprendiendo gracias al voluntariado en Agharas) y el euskera por otra parte. Pero habían desarrollado estrategias para poder apoyar a sus hijos e hijas: traductores online sobre todo.

Esta dinámica, había generado entre otras cosas que los  dispositivos se hubieran convertido en un medio para practicar el idioma a partir de juegos y videos para sus hijos e hijas, pero a la vez había una sensación de inquietud por el tiempo que se pasaba en casa delante de las pantallas: televisión, tablets y móviles. La brecha digital no pareciera que estuviera fundamentada en la escases de dispositivos y conexión en este caso, más bien en estrategias para no caer en los  brazos de la economía de la atención y retomar el control de la vida y las relaciones en familia.

De esa reunión salimos con la idea de poner en marcha un ciclo en torno a la Autodefensa digital para familias. Dividimos el ciclo en 4 sesiones, dos antes de semana santa y dos después de semana santa, y acordamos que ese iría articulando a partir de lo que nos fuera inquietando.

El pasado 16 de marzo en Agharas comenzamos a desenmarañar cómo funciona todo lo que subyace a los procesos de digitalización que tanto afectan a nuestras vidas: infraestructuras, telecomunicaciones, dispositivos…

La sesión fue de lo más interesante, y entre las preguntas las madres que asistieron lanzaron preguntas como: ¿Si casi todas las plataformas que usamos están y se desarrollan en Estados Unidos, qué conocimiento se queda aquí?

Por otra parte una madre inquieta por controlar el tiempo que los y las niñas y niños están frente a las pantallas preguntó:

¿Existe alguna aplicación que permita controlar el tiempo que un niño o niña esté frente a la pantalla?

Esta pregunta fue la catalizadora del sentido de la segunda sesión: ¿Puede la tecnología solucionar los problemas que se dan entre las personas?

Esta pregunta fue de lo más interesante y nos llevó a una serie de reflexiones en torno a cómo utilizar la tecnología con propósito, como para ello es necesario diferenciar los objetos que nos ayudan a consumir contenidos (móviles, tables, televisiones…) de las tecnologías con las que podemos crear y afectar el mundo (telecomunicaciones, mecánica, diseño, electrónica…) y cómo una vez entendido esto podemos limitar unos usos y promover otras experiencias.

El encuentro fue muy interesante y nos dejó una nueva pregunta:

Vale, tengo que poner límites a mi hijo, lo entiendo, pero, ¿cómo limito también el dispositivo (desde su configuración) para ser yo quien dirija el tipo de uso que quiero que mi hijo o hija haga del móvil y no las plataformas?

 

En la próxima semana configuraremos móviles y tablets para el uso de niños y niñas (siempre con límites) 😉