A lo largo de los últimos meses, han sido numerosos los avances que se han producido en la modernización y digitalización de EDE Fundazioa. En una sociedad cada vez más tecnologizada, y tras la obligada búsqueda de herramientas y dinámicas de trabajo alternativas provocada por la cuarentena y el aislamiento que supuso la COVID19 y que impulsó una digitalización un tanto acelerada, 2022 ha significado un año de ordenamiento e impulso definitivo de este proceso fundamental en cualquier entidad, del que no podíamos quedar ajenas.

Y aunque previamente ya habíamos implantado algunos sistemas de gestión interna y adquirido numerosas herramientas, la situación vivida tras la pandemia nos ha llevado a apostar de manera inequívoca por avanzar en este ámbito.

Entre las medidas más relevantes, podemos destacar las siguientes:

  • el refuerzo del equipo informático interno (personas y aparatos)
  • la contratación de un asesoramiento tecnológico externo que nos está ayudando a avanzar en temas como la seguridad y la mirada estratégica
  • el cambio de proveedor para el desarrollo de EDEgune – nuestra intranet
  • la creación e incorporación de nuevas aplicaciones en diferentes áreas y servicios
  • el relanzamiento de nuestra comisión tecnológica interna
  • la apuesta decidida por la gestión, el análisis y la visualización de datos.

Un proceso imparable, fruto de una reflexión profunda que mira al futuro y apuesta por los avances tecnológicos, pero sin olvidar los principios éticos que rigen todas nuestras actuaciones.