16 Jul, 2021

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¿La digitalización nos acerca o nos aleja? Y, ¿de qué? Depende, entre otras cosas de la cultura que tengas para poder comprender y hacer frente a las transformaciones que traiga consigo. Siempre se habla de la digitalización en términos positivos, y hay mucho de positivo, pero este post busca acercaros otra mirada que estamos desarrollando en el CENTRO IÑURRI a partir del proyecto Inclusión digital en la nueva normalidad educativa apoyado por la Fundación Iberdrola.

Desde esta mirada un acercamiento a la digitalización sin una comprensión crítica de su funcionamiento nos puede acercar…

  • A generar dependencias
  • A generar adicciones
  • A generar relaciones tóxicas
  • A ser victimas de otras formas de violencias, discriminación y sesgo que aún no somos capaces de entender.

Y nos puede alejar…

  • De conocer cómo funcionan las cosas realmente en una cultura de la comodidad que simula simplicidad pero funciona de forma muy compleja.
  • De entender otras formas de manipulación a partir del estudio de la conducta y las emociones en lo que se viene llamando la economía de la atención.
  • De entender los cambios en la forma del mundo que conocemos sus fronteras y territorios y el papel que jugaremos.

 

Estas cuestiones resultan muy complejas, pero nos podemos acercar poco a poco a explorarlas desde lo que conocemos y tal vez con ello conseguir un acercamiento a la digitalización que realmente afecte nuestras vidas de forma positiva.

En este sentido, durante el mes de junio desde EDE Intervención Social hemos hecho una intervención en el Centro Iñurri dentro del programa Inclusión digital en la nueva normalidad educativa apoyado por la Fundación Iberdrola.

 

El Centro Inurri es un proyecto de Bidegintza Coop. de iniciativa social, que se desarrolla en colaboración con el Área de Acción Social del Ayuntamiento de Bilbao, destinado a familias con menores de entre 0 y 6 años que se encuentren en situación de vulnerabilidad, riesgo de desprotección o riesgo moderado de desamparo y que residan en el municipio de Bilbao con preferencia en los barrios de Casco Viejo, Uribarri, Zurbaran, San Francisco-La Peña, Santutxu- Begoña y Txurdinaga-Otxarkoaga.

 

Esta intervención en el Centro Iñurri recoge lo aprendido en Olakueta Etxea y Agharas, que suma a la necesidad trabajar la forma en la que nos acercamos a los procesos de digitalización la realidad de las personas más vulnerables, allí, en Olakueta y Agharas entendimos lo interesante que podría llegar a ser adaptarnos a la herramienta que más utilizan las familias: teléfonos inteligentes. Es decir, ¿es posible desarrollar una cultura de autodefensa, autonomía y búsqueda de oportunidades en el entorno digital desde la herramienta que más usan las personas más vulnerables?

Al principio nos resistíamos ya que un dispositivo móvil no permite hacer y afectar como lo hace un ordenador. Pero al ver el entusiasmo y el sentimiento de poder que tenían estas personas al identificar su dispositivo como medio para proyectarse digitalmente y no solo como medio de consumo hemos ido desarrollando esta línea que se ha convertido en un ciclo de tres sesiones a la que hemos llamado: Iniciación de herramientas de gestión digital con el móvil.

¿Hasta dónde puede llegar un teléfono móvil como herramienta?

 

No es fácil cuando es un medio tan intervenido por múltiples intereses y difícil de afectar. Por eso hemos empezado buscando desarrollar una cultura que recoja:

  • Autodefensa digital. Que permite comprender y desarrollar aspectos de seguridad y privacidad vinculadas al uso del teléfono móvil.
  • Autonomía digital. Que permite conocer y poner en marcha herramientas y procesos de gestión para no depender de terceras personas (muy interesante a desarrollar con personas víctimas de violencia).
  • Competencias transversales. Como son la capacidad para resolver problemas y la inteligencia emocional. Claves en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo.

Con este ciclo y en espacios como Iñurri vemos que es muy interesante antes de introducir nuevos dispositivos ver si somos capaces de desarrollar una cultura de gestión digital que nos permita utilizar el dispositivo más habitual entre las personas vulnerables, el teléfono móvil, de forma autónoma, segura, respetuosa con la privacidad y desde la vocación de proyección personal hacia la inclusión digital.