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Según el informe anual que edita Fundae (Fundación para la formación continua) sólo una de cada cuatro empresas/organizaciones utilizamos los recursos para la formación disponibles. En nuestro caso, las cuatro organizaciones (Fundación EDE, Suspergintza, Suspertu y Fundación Luz Casanova) agotamos prácticamente en su totalidad el crédito disponible, accediendo, además, a la financiación de Hobetuz (ahora Lanbide) que nos permite posicionarnos como organizaciones que desarrollamos una apuesta por la mejora continua.

 

Es destacable haber sostenido a lo largo de 2020 la actividad formativa, en el marco de desarrollo profesional y mejora continua de las y los profesionales de EDE Fundazioa. Se han invertido 4.891 horas en formación, repartidas en 567 matrículas. Teniendo en cuenta la situación que vivimos en 2020 podemos reconocer el esfuerzo colectivo de adaptación y respuesta a las necesidades de desarrollo profesional, muchas de ellas relacionadas con las consecuencias de la pandemia: adecuación a teletrabajo, protocolos covid,…

Es destacable también el esfuerzo en formaciones relacionadas con temas de género: 30 acciones formativas, 129 matrículas y casi 1000 horas de formación en este ámbito.

Los datos registrados en el informe de 2020 están transversalizados por las apuestas de EDE Fundazioa: se presentan segregados por sexos (80% de mujeres en las acciones formativas) y se destaca la inversión en la normalización lingüística (se ha triplicado la formación en euskera).

Otro dato a destacar es que, como consecuencia de la pandemia, se ha reducido significativamente la formación individualizada y aumentado -también con significatividad- la participación en jornadas (on line, webinar…).

En definitiva, la actividad formativa desarrollada en el año 2020 sigue mostrando una clara apuesta de EDE Fundazioa por la mejora continua en la formación y capacitación de nuestro equipo profesional.