25 Jun, 2025

Kulunka_web
Desde el 1 de Junio hemos puesto en marcha los apartamentos dotacionales de nuestro renovado Edificio EDE, que junto con otros programas (formación, orientación, empoderamiento, inserción laboral, empleo, intervención,…) configuran un ecosistema de apoyos al servicio de personas en situación de vulnerabilidad. Este nuevo proyecto supone, además, un hogar para reconstruir la vida en comunidad.

En un contexto donde la vivienda se ha convertido en una frontera que muchas personas no pueden cruzar y ante la evidencia de que esta supone el soporte principal para culminar los procesos de inclusión, este nuevo proyecto representa una bocanada de aire fresco. Más que un conjunto de apartamentos, se concibe como un ecosistema de apoyos, una propuesta de vida que pone en el centro el cuidado, la dignidad y la posibilidad de empezar de nuevo.

Esta iniciativa innovadora que acabamos de poner en marcha trasciende el alojamiento temporal y apuesta por ofrecer a personas en situación de vulnerabilidad no solo un techo, sino un apoyo para progresar en sus itinerarios vitales. Ofrece un acompañamiento, con diferentes apoyos que pudiera necesitar, incluida la orientación para el acceso a una fórmula de vivienda ordinaria y digna, y la conexión con su comunidad natural.

Los 28 apartamentos que conforman este recurso tienen una capacidad de 64 plazas, incluyendo cuatro viviendas adaptadas para personas con movilidad reducida.

Aquí, la vivienda no se concibe como una solución individual, sino como un entorno compartido que potencia la autonomía y el vínculo social. La convivencia, los espacios comunes, y el acompañamiento social son elementos clave que convierten este proyecto en una experiencia transformadora. Es un lugar de paso, sí, pero también de arraigo, donde quienes lo habitan pueden reconstruirse con apoyo, respeto y horizontes posibles.

El valor del proyecto reside en su capacidad para redefinir qué entendemos por hogar. Frente al aislamiento o la precariedad, este servicio ofrece abrigo emocional, seguridad y la posibilidad de proyectar un futuro. Por eso en EDE llamamos internamente a este nuevo servicio Kulunka. Este nombre, que evoca el gesto de acunar, resume bien su propósito: sostener sin retener, dar impulso sin imponer dirección.

Con este proyecto no solo respondemos a una necesidad habitacional urgente, sino que apostamos por un ecosistema de apoyos que sitúa a las personas en el centro. Es una apuesta institucional, ética y social para desplegar nuestro compromiso con las situaciones de mayor vulnerabilidad. Porque tener acceso a vivienda no es un lujo: es un derecho. Y porque la vivienda supone el apoyo fundamental para dar soporte a itinerarios de inclusión y a generar vínculos naturales con su comunidad.