NoticiasImpacto del Covid-19 en las organizaciones del 3S
El Observatorio Vasco del Tercer Sector Social presenta en Lehendakaritza este informe en el que se destaca que 8 de cada 10 organizaciones sociales de Euskadi se ha visto obligada a reorientar sus servicios o cancelar iniciativas de lucha contra la exclusión por el Covid-19. Los problemas derivados del confinamiento; los asociados a la brecha digital y la falta de recursos económicos, están siendo principales problemas de las personas que atienden las organizaciones sociales de la CAV

Un 83,2% de las organizaciones sociales que trabajan en la CAV por los colectivos más desfavorecidos se ha enfrentado a una modificación o reorientación de servicios o actividades por la crisis sanitaria del Covid-19 y un 81% de organizaciones ha visto algunas de sus actividades canceladas o suspendidas. Además, casi la mitad (46%) de las organizaciones sociales ha tenido que cerrar servicios de atención directa, pero un 38% de las entidades han incorporado nuevas actividades para dar respuesta a las necesidades emergentes. Ocho de cada diez entidades han llevado a cabo una conversión al formato on line o al acompañamiento telefónico.

Se trata de una importante afección en la asistencia a personas vulnerables o en riesgo de exclusión del país que se ha traducido en la clausura, por ejemplo, de actividades presenciales formativas y de integración social; excursiones para personas con discapacidad; campamentos para infancia; refuerzo escolar en infancia vulnerable; clases de castellano necesarias para la integración social de personas migradas; o talleres grupales en pisos con personas con enfermedad mental, entre otras muchas.

Así se desprende de una muestra que ha realizado durante el mes de abril el Observatorio vasco del Tercer Sector Social y que esta mañana se ha dado a conocer en la reunión de la Mesa de Diálogo Social que ha presidido el lehendakari Iñigo Urkullu con motivo del Día del Tercer Sector Social en Euskadi. En dicha reunión también han estado presentes la consejera de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno vasco, Beatriz Artolazabal, una amplia representación de su equipo, así como una veintena representantes del Tercer Sector Social.

Además de la incidencia de la crisis sanitaria en la propia organización de las entidades sociales, en el informe elaborado por el Observatorio vasco del Tercer Sector Social también se recoge la afección en las personas usuarias de los servicios de las organizaciones.

Y revela que 7 de cada diez organizaciones (68,5%) afirma que actualmente las personas que atienden están experimentando problemas psicológicos sobrevenidos o agravados por el confinamiento o la desescalada. Problemas como conflictividad, desatención, pérdida de referentes, aumento de situaciones de violencia, aumento de situaciones de consumo, desánimo, etc.

Mientras, 2 de cada 3 organizaciones (66,3%) percibe que sus personas destinatarias están experimentando actualmente problemas derivados de la brecha digital, por no disponer de ordenador o conexión a Internet, o por no tener habilidades relacionadas con la alfabetización digital.

El 64,1% de organizaciones indica que sus personas destinatarias se enfrentan actualmente a la falta de recursos económicos (pérdida de empleo, familias que ya se encontraban en situación de precariedad y pobreza que han visto agravada su situación, problemas para hacer frente al pago de medicinas, etc.) y, de cara a los próximos meses, un porcentaje similar prevé que sus personas destinatarias seguirán en esa misma situación.

Ante esta circunstancia, las entidades sociales han destacado la gran capacidad de adaptación de las personas destinatarias a las nuevas situaciones, demostrando, han señalado al lehendakari, una gran resiliencia y respondiendo de manera positiva a la situación.

 

Voluntarios

También, destacable el efecto que la crisis está generando entre los y las voluntarias. 7 de cada diez entidades sociales alude a dificultades de gestión de la actividad por el cambio sustancial en las condicionales laborales. Un 63% alude a riesgos psicosociales (situaciones de estrés, desgaste emocional…) derivados de la situación y un 60% destaca los cambios en las condiciones de contratación.

La mitad de las entidades sociales también resalta la falta de material sanitario como una preocupación actual y el 63% la incertidumbre sobre su financiación futura.