21 Nov, 2022

Yayo Herrero, Licenciada en Antropología Social y Cultural, Ingeniera Técnica Agrícola, diplomada en Educación social y DEA en Ciencias de la Educación. Ha sido coordinadora estatal de Ecologistas en Acción y ha participado en numerosas iniciativas sociales sobre promoción de los Derechos Humanos y ecología social.

EDE Fundazioa, en el espacio de diálogos y aprendizajes que supone EDEtik orientado a temáticas claves para nuestra actividad como lo es la sostenibilidad, ha tenido la fortuna de disfrutar de la presencia de Yayo Herrero. A la fuerza y autenticidad de su discurso se le une el carácter inaplazable de la puesta en marcha de acciones de cambio orientadas hacia una vida más sostenible.

La sostenibilidad viene siendo un elemento central en EDE Fundazioa. Nuestro compromiso en la difusión y defensa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, así como la reciente integración como socios de la New European Bauhaus (NEB), son muestra patente de ello. De ahí el impulso de este EDEtik desde nuestra Comisión de medio ambiente-IZADI, con una de las personas de referencia en materia de sostenibilidad como es Yayo Herrero, quién estuvo acompañada por Pepa Moleón, miembro del Patronato de EDE Fundazioa y presidenta de la Fundación Luz Casanova, así como por Miriam Santorcuato de OSTARGI, la asociación impulsora de EDE Fundazioa.

Yayo Herrero marca desde el inicio el mensaje central de su discurso: la sostenibilidad, o pone la vida en el centro, o no es más que un concepto vacío, limitado, mediático incluso. El poder del discurso de Yayo Herrerro radica, entonces, en que es, ante todo, una perspectiva integral sobre la vida misma, tanto en su dimensión material como en su dimensión social. Sin duda, la formación antropológica y la formación técnica agrícola de la ponente convergen en un discurso capaz de entender globalmente las múltiples caras (y aristas) de la sostenibilidad.

Así, Yayo Herrero despliega un discurso sólidamente construido, en el que confluyen rigor y pasión, exponiendo las consecuencias de la superación de los límites de la materialidad de la tierra y de los cuerpos que supone una auténtica guerra contra la vida, o mejor expresado, del encaje de la vida humana en el planeta por el impacto en el clima y en la extracción y explotación intensiva de los recursos naturales.

Sin embargo, lejos está de la intención de Yayo Herrero de plantear un tratado filosófico sobre la materialidad de la vida y su sostenibilidad, sino más bien todo lo contrario: manifiesta con toda claridad que su planteamiento es ético, pues hablar de sostenibilidad es, ante todo, hablar de justicia social, de equidad, de derechos humanos, desde un enfoque ecofeminista. Y, por consiguiente, también es un planteamiento político, pues la consecución de esa sostenilidad pasa, ineludiblemente, por la movilización social y colectiva.

Esta traducción política (en el sentido más primario del término, esto es, de transformación del escenario público por la acción de la ciudadanía), es, sin duda, uno de los mensajes más potentes de la charla de Yayo Herrero. Frente a la testarudez de los datos que vienen indicando el colapso o agotamiento de la capacidad de nuestro planeta, así como el colapso de los cuerpos basado en un sistema patriarcal en la gestión de lo reproductivo (los ciudados), hay tiempo para revertir este diagnóstico compartido respecto a encontrarnos en un contexto global de decrecimiento, que, en suma, significa que “hay que aprender a funcionar con menos recursos, ser más sostenibles”.

Yayo Herrero propone “una ética del cambio” soportada en tres principios, íntimamente interrelacionados: el principio de suficiencia, que implica un replanteamiento sobre “lo necesario” y, a partir ello, de una redistribución de la riqueza en términos de equidad (por ejemplo, con mecanismos de fiscalidad); el principio del reparto de lo reproductivo o de los cuidados, poniendolo en el centro o, al menos, en el mismo grado de relevancia de lo productivo; y, por último, el principio de sostenibilidad, en un sentido amplio, global, sistémico, como próposito pues “sostener la vida de los cuerpos tiene que ser, tiene que formar parte de las políticas públicas.”

Así, Yayo Herrero zarandea nuestra vida acomodada y complaciente que se amarra a cualquier tipo de pretextos distópicos basados en “la suerte está echada” y en el “salvese quién pueda”. Las expresiones políticas de marcado talante (neo) fascista que vienen prosperando en este caldo de cultivo son una entre las muchas evidencias cotidianas de este pesimismo apocalíptico. Yayo Herrero defiende, por el contrario, la utopía como horizonte de movilización individual y colectiva. Y la ponente mostró experiencias prácticas en distintas partes del mundo que han sido y están siendo capaces de revertir o, cuanto menos, hacer frente a este contexto de colapso de la naturaleza y de los cuerpos. Dentro de estas experiencias de cambio sostenible el arte y la cultura son también recursos de primer orden. La ética y la estética mantedrían, por ello, una relación dialéctica.

Por último, Yayo Herrero defiende que las organizaciones del tercer sector social han de continuar siendo agentes de transformación en términos de sostenibilidad. Su rol como agentes de cambio social es incluso hoy más obligatorio que nunca porque el plazo de tiempo es cada vez más escaso, porque los riesgos de colapsos en lo material serán más intensos, y porque los procesos de individualismo, se manfiesten en todo tipo de escapismos personales o en fronteras frente al miedo a los otros, no dejarán de aumentar.

Con este imperativo ético de Yayo Herrero nos quedamos, así como con su mensaje preñado de autenticidad.