20 May, 2022

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He perdido la cuenta de cuantas veces que he usado esta frase de Donna Haraway para trasladar la idea de la importancia de que sigamos problematizando en diferentes aspectos de lo que la humanidad hace para ir hacia futuros más amables con la vida y el planeta. Crítica, pero no pesimista, sería la idea que yo encuentro en esta frase, un motor hacia no dejar de revisar como hacemos las cosas, con el objetivo de seguir mejorándolas.

A veces las inercias, nos hacen pensar que las cosas ya van, que tenemos que sumarnos sin cuestionar, que si no vamos a ralentizar el cambio inminente. Pero la perspectiva del tiempo y de las posibilidades tienen la capacidad de poner en su lugar las inercias.

Esto de lo digital comenzó con la primera computadora electrónica, ABC, en 1941. Lo digital unido a las telecomunicaciones en 1969 dio lugar a la primera forma de red de ordenadores, se desarrolló en lo militar, para uso científico, ARPANET. Internet nació en 1990, solo hace 30 años, aún existimos personas que recordamos un mundo sin ella, sin estar conectados. Si comparas esta tecnología con la introducción de la imprenta, que nació hace 500 años, te cambia la perspectiva en torno lo que puede llegar a mutar esta red que tenemos… lo que la podemos llegar a afectarla.

Desde que la sociedad civil tuvo acceso a la tecnología que posibilitaba ser parte de esa red distribuida de ordenadores, Internet, poder digitalizar cualquier señal de interacción física a una señal digital que se estructura a partir de 0 y 1 y poder desplazarla a cualquier parte del mundo, despertó la imaginación humana a tal grado que está transformando muchas de las interacciones del planeta. Interacciones entre humanos y humanos, humanos y animales, humanos y medio, humanos y máquinas, máquinas y máquinas…

Además, hace unos quince años, desde el desarrollo de la idea de nube, que no son más que muchos ordenadores concentrados con la idea de dar servicio en la distancia en lugar de en local, la forma misma de entender Internet ha cambiado. Así, muchas organizaciones en lugar de ver a Internet como una red, lo ven como servicios a distancia desde unas determinadas infraestructuras. Los modelos de negocio que sustentan estas estructuras y dinámicas de concentración, sin embargo, no terminan de convencer a muchas que buscan recuperar la esencia del Internet primigenio. Y en los últimos años estamos frente a la creación de alternativas como la idea de servidores federados en muchas manos en lugar de concentrados en unas pocas.

Frente a esta prolífera época de exploración y creación, en lo social, nos encontramos entre dos aguas, por una parte, vemos el potencial de lo digital en el desarrollo y alcance de nuestro quehacer, pero por otro lado vemos que lo digital también genera brechas y vulnerabilidades y que puede ser fuente de nuevas formas de exclusión, por eso también nos toca entender mejor nuestro papel en esto de lo digital.

EDEtik. El Tercer Sector Social y lo digital

 

El pasado 18 de mayo de 2022 en el marco del formato EDEtik, que en esta casa con tanto mimo desarrollan las compañeras y compañeros de comunicación, y en el que se implicaron muchas personas, desde EDE Suspergintza, desarrollamos un sencillo encuentro para compartir experiencias en torno al trabajo que hacen en lo digital diferentes agentes del Tercer Sector Social.

Las voces fueron muy diversas, pero se encontraron varias veces en la reflexión. Lucía Merino desde el Observatorio Vasco del Tercer Sector Social nos encaminaba hacia retos interesantes para el Tercer Sector y debates necesarios en ese tránsito. Núria Valls de la Fundación Esplai nos instaba a reimaginar el presente para reducir las brechas digitales, y nos presentaba para ello un decálogo para el trabajo en lo digital. 

Charo Marcos de la Asociación Otro Tiempo, nos hablaba del feminismo, el software libre, lo comunitario, y una actitud crítica en el camino de pensar en cómo queremos la transformación digital en el Tercer Sector. Y Diana Franco de EDE Suspergintza nos contaba la experiencia Comprender, Conocer y Hacer en lo digital que está desarrollando con mujeres en riesgo de exclusión digital con el apoyo de la Fundación Iberdrola España y nos invitaba a pensar en una digitalización que no nos haga más vulnerables.

Las cuatro, en general, nos invitaban a seguir explorando lo digital desde la mirada de lo social, sin miedo, desmenuzándolo y dándole la forma que a lo social le convenga.