Miradas
Andi Ginés – Subdirector técnico de EDE Fundazioa

 

La RAE define la palabra equipo como un grupo de personas organizado para una investigación o servicio determinados”. Por tanto, podríamos considerar a EDE Fundazioa como un gran equipo compuesto por otros muchos de menor dimensión en forma de área, programa, departamento… Sí, desde esta perspectiva académica somos un grupo de personas que trabajamos juntas para lograr un propósito u objetivo compartido. Pero si profundizamos un poco… ¿realmente trabajamos juntas? ¿Compartimos un propósito común? ¿Qué es lo que realmente nos une?

Tratando de dar respuesta a esta mirada hacia el futuro compartido, llevamos unos meses reflexionando sobre la misión y visión de nuestra entidad en la sociedad, gracias a un proceso en el que todas las personas de la organización hemos sido invitadas a participar. Partiendo de dinámicas de escucha y de reflexión estratégica, estamos recogiendo aportaciones, tanto internas como de agentes externos, que nos van a ayudar a dibujar cómo será la sociedad vasca del futuro, para poder luego identificar cuáles serían nuestras aportaciones y contribuciones para conseguir alcanzar ese ideal.

Y todo este proceso está coincidiendo con un momento de muchos traslados y cambios de ubicaciones físicas, que nos van a exigir replantear dinámicas pasadas, adaptarnos a los nuevos tiempos y evolucionar, trabajando juntas en lo formal y reforzando los lazos informales para poder seguir unidas y compartiendo valores, proyectos, expectativas, visión…

En este sentido, es un hecho innegable que, con motivo de la dispersión física que nos ha generado la puesta en marcha del proyecto PLAZA, el incremento del número de infraestructuras que estamos gestionando y el comienzo de las obras para la nueva sede de EDE en Gipuzkoa y de Fundación Luz Casanova en Madrid, cada vez resulta más complicado conocernos bien y sentirnos cerca. La propia dimensión de nuestra entidad supone un reto para ello, pero siendo conscientes de esto, asumamos la realidad de este nuevo y mejor escenario con ilusión y responsabilidad. Eso sí, sin olvidar que todo cambio exige complicidades, paciencia, empatía y comprensión.

EDE Fundazioa lleva más de 40 años trabajando y, en este periodo, son muchas las personas que venimos dejando esfuerzos, alegrías y lágrimas, trabajando duro para mejorar la vida de muchas personas a quienes prestamos nuestros servicios. Ahora, casi sin darnos cuenta, entramos en una nueva fase, en la que los relevos y nuevas incorporaciones serán significativos y donde tanto la renovada estrategia como las nuevas instalaciones, nos van a permitir reforzar nuestros compromisos y generar un mayor impacto positivo. Con todo, parece evidente que la clave de todo está en cada uno y una de nosotras. Porque para que este equipo siga siendo más que la suma de sus partes individuales, y lograr así los resultados deseados, debemos ser capaces de compartir en armonía el tiempo y el espacio que nos ha tocado vivir, apoyándonos unos a otras, y guiándonos por el para qué estamos aquí.

Bagoaz?