Miradas

Hace 34 años las Naciones Unidas firmó un acuerdo internacional en el que se reconoce que los niños y niñas tienen los mismos derechos que las personas adultas. Fue el 20 de noviembre de 1989 y desde entonces todos los 20 de noviembre se conmemora el día de la infancia o de los derechos de la infancia.

El texto de la Convención sobre los derechos del niño, el primero en ser vinculante a nivel internacional, reúne sus derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales. Algunos de los principios fundamentales de los derechos de la infancia son:

  • El derecho a la no discriminación
  • El derecho a la educación
  • El derecho a la alimentación
  • El derecho a la salud
  • El derecho a una vivienda digna

En EDE Fundazioa buscamos proteger a la infancia y asegurar que todas las niñas y niños gocen en libertad de sus derechos fundamentales. Proyectos de innovación educativa, de convivencia, igualdad, derechos humanos y ocio saludable. Programas con los que buscamos promover la autonomía y conciencia crítica de niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

Programas que velan por la protección y el buen trato a la infancia, como Tratu On. Un proyecto compartido entre EDE Fundazioa y Bidegintza G.E.K. que parte de tres ideas inspiradoras, como podemos leer en su web:

  • Una sociedad madura, justa e inteligente se preocupa de que su infancia crezca sin violencia y sea bientratada.
  • El Buen Trato a la Infancia es responsabilidad de toda la sociedad adulta y las comunidades de personas. El Buen Trato lo construimos entre todas.
  • Las personas adultas “tendremos que ir a una «especie de escuela» para que nos enseñen cómo tratar mejor” a niños, niñas y adolescentes (recogiendo las palabras de Mikel de 10 años en la campaña buentratarte).

Tratu On pretende dar a conocer y socializar los derechos de la infancia, protegerla y bientratarla. El buen trato a la infancia no es solo la no violencia, sino también cuando dejas que las niñas y niños participen, cuando les escuchas, cuando adecuas los espacios a ellos y ellas y cuando son realmente el centro protagonista de lo que hacemos.

El programa funciona a través de tres líneas: sensibilización, formación y acompañamiento. La sensibilización es por donde hay que empezar a concienciar. Pero, es importante formar a los agentes que educan, que son todas aquellas personas que trabajan con menores. Desde el profesorado, gente trabajando en administración, el personal del comedor, que están en el patio, personal de limpieza.

Por otro lado, desde EDE Fundazioa también trabajamos en el programa Hezkuntza 360, una apuesta política educativa y social que pretende garantizar el derecho a la educación de todas las personas, centrada en el tema de la equidad. Hezkuntza 360 pretende garantizar el acceso a la educación pero fuera del horario lectivo, actividades de ocio educativo.

Según un estudio realizado en Cataluña, el 20% de jóvenes no acceden a ningún tipo de actividad fuera de la escuela. Una cifra que podría no ser inusual, pero que cuando indagas en el perfil de estas personas que no pueden acceder encuentras que son familias de bajo nivel de ingresos o monoparentales, familias de bajo nivel de estudios o de origen extranjero.

Las actividades fuera del colegio o escuela contribuyen a la mejora de la cohesión social, mejoran la asimilación de aprendizajes académicos, incrementan las expectativas formativas y desarrollan competencias sociales y psicoemocionales, entre otros beneficios. Y a pesar de conocer estos beneficios no toda la infancia tiene acceso a determinadas actividades de ocio educativo.

Ocio educativo como el que promovemos EDE Fundazioa con las ludotecas o gaztegunes que acompañamos en Güeñes, Arrieta, Arrigorriaga o Lekeitio. Este tipo de programas de ocio cuida a la infancia porque ayuda a que los niños y niñas se relacionen con otros niños en espacios que salgan de la escuela. Con la adolescencia, la gran olvidada, ayuda porque se les facilita un espacio con personas adultas más cercanas y sensibilizadas a las que se les presupone que no te juzgan. Además, facilita la conciliación a las familias.

Hace 34 años que se firmó la Convención sobre los derechos del niño. Un acuerdo internacional que reconoce que los niños y niñas tienen derecho a la no discriminación, a la educación, a la salud o a la vivienda digna, entre otros. Y, sin embargo, 34 años después sigue siendo necesario tener que recordarlo, tener que sensibilizar a las personas y recordar a todas las que trabajan con la infancia que los niños y niñas se merecen ser bien tratados y no ser utilizados como objetos de las personas adultas. Una labor que en EDE Fundazioa llevamos a cabo a diario.

 

Para la elaboración de este artículo hemos entrevistado a nuestras compañeras Naiara San Martín, Irantzu Aurrekoetxea y Nerea Landajo.