Itziar Fernández – Responsable del Servicio de Programas Europeos
La pandemia y la postpandemia han sacudido los cimientos de Europa, poniendo a prueba nuestros sistemas (económico, sanitario, laboral, social, de bienestar, geopolítico…) y, sobre todo, nuestra forma de vida. Precisamente por todo ello, es necesario invertir en una recuperación colectiva y cohesionada, en la que la solidaridad, la unión y la convergencia marquen la senda de la recuperación: salir de la crisis, salir más fuertes y salir mejores, sin dejar a nadie atrás.
¿Con qué instrumento?
La Comisión Europea, junto con el Parlamento y el Consejo Europeo, ha puesto en marcha una serie de medidas sin precedentes concretadas en un nuevo Mecanismo de Emergencia, Next Generation EU, que completa, junto con el Marco Financiero Plurianual y los mecanismos de urgencia ya activados durante la pandemia, el mapa de ayudas para salir de la crisis.
¿En qué?
Tan importante como los propios instrumentos financieros son, los principios: no se trata solo de salir, sino de salir mejores. El nuevo marco subraya la necesidad de desarrollar “sociedades resilientes”. Las sociedades resilientes son las sociedades cohesionadas. Y las sociedades cohesionadas son sociedades equitativas y e inclusivas. La Unión Europea articula la recuperación en torno a cuatro ejes:
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- Transición ecológica.
- Transformación digital.
- Cohesión social y territorial.
- Igualdad de género.
¿Qué?
La ejecución del presupuesto se concretará en el desarrollo de proyectos estratégicos: proyectos de impacto, innovadores, de gran dimensión y alienados con las políticas y prioridades, con el Pilar Europeo de Derechos Sociales y con un enfoque global y transversal: soluciones complejas para proyectos complejos. La colaboración público-privada, así como la cogobernanza son asimismo condiciones imprescindibles.
La recuperación se anuncia larga, pero las necesidades son inmediatas. Por ello, el acuerdo firmado en estos días para poner en marcha el Plan de Recuperación y Resiliencia es una poderosa declaración de unidad y solidaridad europea y del esfuerzo colectivo que queremos acometer, desde lo individual a lo comunitario. Este es el momento de Europa: nos encontramos una posición inigualable para poder invertir en una recuperación colectiva y un futuro mejor para las próximas generaciones.
“La esperanza no es la convicción de que las cosas saldrán bien, sino la certidumbre de que algo tiene sentido, sin importar su resultado final.”
Vaclav Havel