Miradas
Naiara San Martin Aguilar – Coordinadora Escuela Tiempo Libre

Según los datos 1 de cada 4 niños/as sufre maltrato. Es una cifra fácil de recordar, pero poca gente la conoce. Y cuando la presento, la imaginación de quien me escucha rápidamente vuela a países en guerra, a realidades sociales precarias o a ciudades y pueblos lejos de donde vivimos. Supongo que es más fácil pensar que no somos parte de esos datos.

Cuando pregunto qué es el “maltrato infantil” la mayoría de las personas me dicen que es “pegar a un niño/a”. “Ser violento con él o ella”, la mayoría, con sus palabras termina hablándome de violencia física. Y es cierto, sin embargo, cuando explico que la violencia no es solo física, que la violencia emocional invisiblemente hace aún más daño, y que hay muchas formas de no tratar bien a un/a menor… la cosa cambia. Sobre todo cuando pongo ejemplos reales de maltrato infantil en mi entorno, ejemplos cercanos de violencia en sus múltiples formas. En ese momento, aparecen algunas caras de asombro, risas nerviosas de personas que se sienten identificadas, también cierto enfado de quienes que se sienten cuestionadas… y tras algo de reposo aparece la preocupación al sabernos responsables.

Lo somos, las personas adultas somos responsables de acabar con el maltrato infantil. Y eso es lo bueno, no hablamos de hipotéticos, hablamos de mirar a nuestro alrededor: tus hijos/as, tus sobrinos/as, tus vecinos/as… 1 de cada 4 niños/as a nuestro alrededor y en estos momentos está sufriendo algún tipo de maltrato y no estamos haciendo nada. Pero podemos cambiar la cifra, podemos cambiar nuestra forma de dirigirnos a la infancia, podemos ponernos a su altura para escucharla, hacerla participe, protegerla, aprender a prevenir como personas adultas y enseñarles herramientas para que ellos y ellas puedan pedirnos ayuda, podemos practicar el CUIDADO MUTUO y plantarnos para que ningún niño/a de aquí o de allá sea maltratado.

1 de cada 4 niños y niñas, necesita que actuemos. El maltrato infantil se da más cerca de lo que pensamos, ¡no olvides la cifra y actúa!

 


Desde esa mirada, en EDE Fundazioa construimos BABESTEN con el objetivo de “Lograr espacios educativos de Tiempo Libre que sean espacios seguros y de Buen Trato para la infancia, adolescencia y juventud, así como para las personas jóvenes que los gestionan y dinamizan”.