Miradas
Miguel Angel Muñoz y Gorka Ruiz. Diversidad, Convivencia y DDHH de EDE Suspergintza

 

20 de Junio. Día Mundial de las Personas Refugiadas

Son muchas las personas y las familias que se ven obligadas a migrar, a dejar su tierra no sólo en busca de mejores condiciones de vida que las que tienen en sus países de origen sino, también, huyendo de estas, bien porque resultan insostenibles desde el punto de vista material, climático, económico, etc., bien por ser directamente incompatibles con la seguridad física y la libertad personal.

En la mayoría de las ocasiones los preparativos y el propio viaje se realizan en condiciones de urgencia, a menudo de clandestinidad y, casi siempre, de exposición a múltiples peligros que incluyen diferentes formas de explotación y violencia, especialmente en el caso de las mujeres.

Si el viaje “tiene éxito” y consiguen llegar a algún país de destino en el que solicitar protección internacional, se abre una etapa de espejismo transitorio: se incorporan a algún programa de acogida temporal y reciben los medios y apoyos necesarios para iniciar un proceso, en principio, orientado a su integración social y laboral. Pero esta situación dura lo que las autoridades tardan en resolver esa solicitud y depende del sentido de la misma: en el caso del Estado español el 95% de las solicitudes son denegadas, lo que implica la pérdida del estatus de solicitantes de protección internacional, la salida automática de esos programas y el paso a una situación de irregularidad administrativa en la que no pueden trabajar legalmente y pueden ser expulsadas. Muchas veces ello obliga a un nuevo viaje, ya por Europa, nuevamente por vías ilegales, inseguras e inviables, porque la solicitud de protección internacional solo puede realizarse una vez y en el primer estado de la UE al que las personas acceden.

Todo lo anterior nos interpela como sociedad, como tercer sector, como organización social y como personas, a poner de relieve y denunciar la conculcación de derechos humanos, las múltiples formas de violencia y la exclusión social a la que se ven abocadas las personas migrantes y solicitantes de protección internacional. Así como a proponer políticas y prácticas, sobre todo más justas, pero, también, más coherentes que permitan amortizar los esfuerzos de acogida y acompañamiento, estimular y poner en valor la solidaridad de personas y comunidades y, simultáneamente, responder a las necesidades que como sociedades tenemos en materia laboral, demográfica, etc.

Por todo ello EDE Fundazioa nos adherimos al Manifiesto de CEAR Euskadi con motivo del Día Internacional de las personas refugiadas y animamos a la participación en los diferentes actos convocados con motivo del mismo.