Miradas
Irantzu Aurrekoetxea – EDE Conocimiento

“Piensa dentro de 10 o 15 años y pregúntate ¿qué proporción de actividad llamada aprendizaje estará localizada en la institución llamada escuela? La disponibilidad de tecnologías relativamente baratas que ofrecen acceso directo al conocimiento de todo tipo crea oportunidades a los estudiantes para experimentar un dramático incremento de la capacidad de elegir qué, cómo y con quién aprender. ¿Cómo y de qué forma sobrevivirá esta institución llamada escuela en este escenario? ¿Qué forma adoptará si quiere no solo sobrevivir, sino encontrar un lugar productivo en este nuevo escenario?” (ELMORE, R. y CITY, E. 2011.)

Diferentes estudios publicados en los últimos meses ponen de manifiesto que durante la pandemia han aumentado las dificultades que afectan directamente a la sociedad en general y a los niños, niñas y adolescentes en particular.

Estas cuestiones tienen que ver, entre otras, con un aumento en los indicadores de malestar psicológico y emocional, una mayor dificultad en el acceso a actividades de ocio y extraescolares, el aumento de consumos y un incremento de la tasa de abandono escolar y de riesgo de exclusión, aumento de consumos. Hablamos de asuntos relevantes que suponen un reto importante como sociedad y a las que deberíamos atender desde cada barrio o municipio.

Está demostrado que las actividades extraescolares y de ocio educativo preparan a los niños y niñas para la vida adulta y repercuten positivamente en el rendimiento académico, en el desarrollo de competencias emocionales, habilidades sociales, el pensamiento creativo, previenen conductas de riesgo, etc. No se trata de ofrecer únicamente más propuestas, se trata de ofrecer mayores oportunidades educativas y espacios de participación, diseñando conjuntamente actuaciones con un sentido, que atiendan a las necesidades, motivaciones e intereses de los niños, niñas y adolescentes y estableciendo redes con el entorno más cercano (escuelas, espacios de ocio, etc.).

Por suerte, hay muchas experiencias positivas que se están desarrollando en los municipios de nuestro entorno, como por ejemplo, las que propone Educación 360. Tal y como plantea Perez, (2012), “los límites entre lo escolar y lo no escolar, lo formal y lo informal, ya no se define por los límites del espacio y el tiempo de la escuela. Hay mucho de no-escuela en el horario escolar, y hay mucho de escuela en el espacio y tiempo posterior al horario escolar.

Diferentes ayuntamientos, centros educativos, asociaciones y grupos de Tiempo Libre están apostando por desarrollar iniciativas en este sentido y las valoraciones son muy positivas. Los agentes que promueven este tipo de propuestas defienden que el nivel de estudios, los ingresos y el origen de las familias no deben ser un impedimento para acceder a espacios socioeducativos, porque esto supondría ampliar las desigualdades.

Debemos, por lo tanto, insistir en la urgencia de revisar las políticas de infancia y adolescencia activando estrategias que fomenten la equidad educativa y la participación de la infancia y la adolescencia a nivel local. ¿Cómo podemos garantizar el acceso a espacios de participación de la infancia y de la adolescencia? Tal vez podríamos empezar haciéndonos algunas preguntas: ¿Son atractivas las propuestas que se plantean para ellos/as? ¿Respetan los ritmos de aprendizaje de todas las personas? ¿Son suficientes? ¿Son adecuadas? ¿Tienen una continuidad? ¿Son interesantes; ¿Atienden a la equidad? ¿Para qué se han creado?

La crisis vivida en los últimos meses nos reta a dar un salto hacia adelante, reflexionando conjuntamente con las personas y organizaciones de la comunidad, generando espacios participativos y poniendo en práctica nuevas estrategias conectadas a nuestros entornos más cercanos.

En definitiva, tenemos el reto de generar ecosistemas más participativos y educativos, apelando a la corresponsabilidad y esfuerzo de todos los agentes que operan en la comunidad. Todas las personas y organizaciones del entorno que rodea a los niños, niñas y adolescentes se necesitan mutuamente para afrontar a los retos que se van encontrando.